El Análisis Aplicado de la Conducta (ABA) forma parte de los tratamientos descritos con evidencia de eficacia en el tratamiento de personas con TEA y por lo tanto uno de los tratamientos de elección, según la Organización Mundial de la Salud.
Según el Council of Autism Service Providers (2021) “ABA es una disciplina científica bien desarrollada entre las profesiones dirigidas a asistir a personas con necesidades especiales y que se centra en el análisis, diseño, aplicación y evaluación de modificaciones del entorno del cliente, incluido su ámbito social, a fin de producir cambios significativos en la conducta… El efecto de la intervención basada en ABA en la mejora de los déficits centrales del TEA y el desarrollo o restablecimiento de capacidades en esta población ha sido documentado en cientos de estudios revisados por pares publicados a lo largo de los últimos 50 años. Ello ha convertido a la intervención basada en ABA en el estándar de atención para el tratamiento del TEA.”
Según Baer, Wolf y Risley (1968) el Análisis de Conducta tiene 7 principales características:
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Aplicado, ya que se centra en la aplicación de principios básicos de la conducta para aumentar conductas socialmente significativas o reducir aquellos comportamientos inadecuados.
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Conductual, puesto que se centra en la conducta en sí misma como objetivo del cambio.
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Analítico, pues busca identificar las relaciones funcionales entre la conducta y el ambiente.
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Tecnológico, en el sentido de que todos los procedimientos se definen de forma completa y precisa, de manera que pueden ser replicados por cualquier persona.
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Conceptualmente sistemático, ya que los procedimientos están ligados y descritos en términos de principios básicos de la conducta, que se han mostrado eficaces.
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Efectivo, pues los cambios de la conducta son significativos para las personas y sus familias.
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General, puesto que se intentan descubrir procedimientos que puedan ser aplicados a muchos individuos en diferentes lugares.
Por lo tanto, se caracteriza por ser un tratamiento que contempla e interviene en todas las áreas afectadas del desarrollo de la persona, bien sea por defecto o por exceso.
Para nosotros una de las mayores diferencias entre ABA y otros tratamientos es que se lleva a cabo un registro diario y minucioso de los procedimientos aplicados y los aprendizajes que se suceden, para poder analizar los avances y las dificultades existentes mediante la revisión de los datos tomados y las gráficas resultantes, pudiendo tomar decisiones rápidas y objetivas.
ABA analiza los comportamientos de las personas y aplica los principios básicos de aprendizaje para aumentar o disminuir conductas hasta lograr los objetivos marcados, adaptando el tratamiento a la persona y fomentando su autonomía e independencia. La terapia es individualizada, y el objetivo será enseñar habilidades nuevas y el control de comportamientos inadecuados, teniendo siempre el/la niño/a y su familia un papel protagonista en la toma de decisiones y basándonos en sus necesidades y motivaciones.
La terapia estará basada en programas, es decir, que para cada habilidad que se vaya a enseñar al niño/a se diseñará un programa concreto y específico por parte del supervisor/a. La programación será global, cubriendo todas las áreas del desarrollo en las que sea necesario intervenir.
Los entornos de trabajo también se adaptarán a las necesidades del niño/a, realizando las sesiones fuera del centro, si fuera necesario y por supuesto con la participación y colaboración de los familiares, quienes reciben formación específica para poder continuar avanzando en casa.